Tomar la decisión de mudarse al extranjero no es un paso sencillo, y mucho menos, mudarse al extranjero con niños, el reto es mucho más grande. Generalmente, los padres y madres necesitan asesoramiento y consejos para mudarse al extranjero con los más pequeños, facilitando su adaptación a las nuevas situaciones que esto desencadena y transitando con mayor normalidad y control sobre cada etapa.
generalmente, cuando tenemos hijos, la gran parte de nuestras vidas gira en torno a satisfacer todas sus necesidades. Sin embargo, ser madre o padre no es sinónimo de dejar de materializar tus propias metas, como pueden ser mudarte al extranjero por los motivos que sea: trabajo, estudios, investigación, o por el simple hecho de vivir en el extranjero.
Aunque cada familia, y mudanza, tiene sus propias particularidades no existiendo un manual general que resuelva las necesidades de todo el mundo, si estás atravesando por una situación similar y te encuentras en pleno proceso de preparativos para mudarte al extranjero con tus niños, los consejos que veremos a continuación podrían convertirse en buenos aliados para un traslado exitoso junto a éstos.
Entiende los desafíos emocionales que pueden experimentar los niños debido al cambio de país
Las mudanzas en el antes, durante y después, representan un gran reto emocional para todas las edades; sin embargo, cada una lo asume y experimenta desde una perspectiva diferente. En el caso de los niños, trasladarse a un nuevo país puede traducirse en altibajos emocionales con periodos de entusiasmo, intercalados por etapas donde predominan sensaciones de tristeza y nostalgia por diferentes motivos.
Por ejemplo, en el caso de los más pequeños, el proceso de preparación y adaptación puede verse afectado por el cambio cultural asumido de forma agresiva y lleno de rabia, mientras que para los menores con edades entre los 11 y 17 años, este cambio es sufrido desde una perspectiva emocional, que aunque también deja entrever sensaciones de enojo, se ajusta más a un cuadro de tristeza, nostalgia y/o miedo a dejar atrás los lazos y vínculos con amigos y/o familiares que despedirá en su país de origen, al ser una etapa donde las relaciones cobran un sentido más profundo.
Por otra parte, las reacciones de resistencia, negación y rebeldía, tienden a manifestarse en mayor o menor medida en todas las edades.
Sea cual sea el caso de tu niño o niña, conocer de cerca cuáles son las reacciones emocionales que particularmente presenta ante este tipo de retos, es el primer paso a seguir antes de trazar un plan de acción para canalizar las circunstancias.
Cuida la preparación previa de los niños
Ahora que ya has analizado cómo responde emocionalmente tu niño o niña ante la idea de la mudanza y has dado tiempo y espacio individual para su procesamiento, es hora de iniciar la preparación.
Por ejemplo, si son niños muy pequeños, insertar progresivamente algunos cambios en el ambiente asociados al lugar al cual planean realizar la mudanza, es una buena forma de “aclimatar” la situación para que el impacto migratorio sea menor una vez dado el paso.
Por ejemplo, si la mudanza será a un país en donde hablarán un nuevo idioma, comenzar a introducir en las comunicaciones dentro del hogar algunas palabras, frases o expresiones procedentes de dicho lugar, incluso cuando no es estrictamente necesario, es un buen punto de partida. Lo mismo con el cambio de algunas costumbres culturales como la comida, las fiestas, la música, el tipo de lugares que frecuentan, etc… ya que todo esto permitirá en mayor o menor medida, suavizar el impacto del cambio.
Comunica las ventajas de la migración
La comunicación interpreta un papel esencial a la hora de mudarse al extranjero con niños, ya que es una herramienta perfecta para compartir cuáles son las ventajas de trasladarse a un nuevo lugar, intentando enfocarlo en cómo éstas le impactarían positivamente en sus vidas jugando con las preferencias e intereses que un niño o niña de su edad podría manifestar.
Además, cultivar o estimular la curiosidad sobre un nuevo destino o el estilo de vida que suele llevarse en ese destino es otro un proceso esencial que se obtiene mediante la comunicación, permitiendo que los más pequeños intercambien las reacciones de rechazo u objeción por una perspectiva más entusiasta y preparada para, como mínimo, asumir los primeros indicios de cambio.
Ataca los miedos de forma directa
Si por medio de la comunicación, obtienes la oportunidad de que tu niño dialogue contigo acerca de cuáles son sus mayores inquietudes y miedos a la hora de mudarse a un nuevo país, estás ante una buena oportunidad de comenzar a desarrollar estrategias prácticas para, poco a poco, cortar o controlar los temores yendo directo al origen del asunto.
Haz preguntas acertadas para obtener información puntual y calma la ansiedad ante el cambio explicando la situación a través de “relatos conocidos”. Por ejemplo, si alguna vez tú o algún amigo o familiar ha vivido durante un tiempo en otro país, este puede ser un buen nexo para describir la migración como un cuento o aventura de la cual ahora los más pequeños y su familia son protagonistas.
Por otro lado, si los miedos van más asociados a tener que hablar una lengua desconocida o dejar atrás a amigos y familiares, es importante hacer todo lo posible por cultivar la confianza de que está en su capacidad enfrentar estos retos desde la práctica, por ejemplo, llevando al niño a tomar clases del nuevo idioma y pidiendo ayuda a otras personas para que le demuestren su disposición total de permanecer en contacto aún pese a la distancia.
Demuestra una disposición positiva
Si los más pequeños perciben que mudarse al extranjero con niños está siendo una situación desestabilizadora emocionalmente o inestable para ti, es inevitable que estas sensaciones se transmitan de forma inconsciente y ocasionen que enfrentar el desafío se vuelva cada vez más difícil.
Sería irrealista aconsejar que no dejes que la situación de cambiar de país te afecte. Siempre que esté a tu alcance, aporta tu perspectiva más positiva de cara a los más pequeños para que estos encuentren una base o respaldo para sus emociones en aquellas que perciben de tu parte.
Demuestra alegría y entusiasmo por el cambio y verás como tarde o temprano, ellos también lo reflejarán de vuelta.
Haz un buen ritual de despedida antes de comenzar a mudarse al extranjero con niños
Si oficialmente ha llegado el duro momento de la despedida, no es hora de bajar la guardia: la despedida es una fase crucial para todos al momento de la migración; sin embargo, es importante vigilar de cerca las sensaciones que ésta puede despertar en los menores del hogar y por supuesto, rendirles el espacio necesario para que sean digeridas.
Esto significa que no debes alarmarte si la despedida con sus seres queridos se traduce en motivos de llanto, sensaciones de tristeza, nostalgia, miedo y dolor, ya que también es parte del proceso y es mucho mejor que esas sensaciones se manifiesten en un espacio y momento dado a que lo hagan de forma abrupta una vez viviendo en el nuevo destino. El ritual de despedida de cierta forma provee la sensación de aceptación.
Reactiva la rutina cuanto antes
Los momentos estresantes previos al viaje y las nostálgicas despedidas han pasado, ahora la familia se encuentra en un nuevo lugar y si queremos que los niños lo asuman con entusiasmo y buena energía, es necesario activar una rutina cuanto antes y respetarla sin muchas excepciones.
Si está a tu alcance recrear una rutina que guarde similitud con aquella que manejaban en su antiguo hogar, será mucho más fácil que el niño se ajuste o reactive sus costumbres y hábitos con buena disposición. Si por el contrario, el cambio es latente en todos los sentidos, esta es una buena oportunidad de, en la medida posible, hacer a los más pequeños partícipes de algunas decisiones, aportándoles la sensación de que en este nuevo lugar, tiene mayor autonomía sobre la forma en la cual se construyen sus días.
Favorece la socialización con otros niños y equilibra con la comunicación con aquellos que se han quedado en su país
Una vez que se ha dado la mudanza y las primeras fases de la instalación en el nuevo destino han culminado con éxito, es hora de comenzar a escribir una nueva historia para los más pequeños, sin necesidad de descuidar del todo el pasado.
Aunque en un principio mudarse al extranjero con niños podría ser complicado, sobre todo si el cambio ha sido recibido con rechazo predominante, es importante empezar a abrir canales de socialización para los niños y niñas, invitando a que creen nuevas relaciones y/o realicen actividades que las fomenten, como por ejemplo, sumarse a un equipo deportivo, apuntarse a clases para desarrollar una nueva habilidad o incluso algo tan sencillo como tomar paseos diarios en el parque para rodearse de otros pequeños de su edad en un ambiente de convivencia y juego.
Por otro lado, esto no significa que haya que decir adiós del todo a lo que los menores del hogar han dejado en su país de origen, ya que esta es una buena oportunidad para seguir estrechando las relaciones con quienes se quedaron y sacar partido de la tecnología para demostrar que el contacto puede continuar y permanecer tan enriquecedor como lo era antes.
¿Y tú? ¿Estás en proceso de mudarte al extranjero con niños? ¿Qué consejos puedes aportar basándote en tu experiencia? Déjalos en los comentarios para que más personas puedan facilitar este proceso en sus vidas y las de los más pequeños.
