Hoy en día vivimos tiempos de cambio en lo que respecta a las condiciones laborales. El mercado de trabajo está evolucionando y también las empresas. Los productos y servicios no se ofrecen de la misma manera y los propios clientes ya no tienen el mismo perfil que antes.
No solo se trata de una mejor manera o más eficiente de contar con el factor humano, sino que para algunos sectores es la única opción. Actualmente muchas empresas han perdido una parte importante de su volumen de ingresos y como consecuencia están al borde de la desaparición. Acarreaban problemas de estructura y cultura empresarial, pero conseguían mantener las sociedades en pie.
Esto acabó para muchos con la crisis del covid-19. Esta crisis sirvió a muchos empresarios para descubrir que la estructura de su empresa estaba obsoleta. No se trata de reinventar la empresa desde el principio hasta el final, sino de adaptar su forma a la actividad que realiza. En este post hablaremos de algunas de las tendencias de la nueva cultura empresarial.
¿Qué tener en cuenta?
Como adelantábamos antes, es necesario implantar una nueva cultura empresarial. No solo hablamos de una empresa en concreto u otra, sino de construir un marco en el que las nuevas formas de relación laboral sean normalizadas. Solo así podremos entender la pluralidad y la diversidad que existe en una empresa en cuanto a necesidades.
Las empresas no son las mismas todos los años, ni siquiera durante el mismo año. Hay cambios y períodos en los que son necesarios una serie de trabajos y otros que son prescindibles. La grandeza de una empresa es ser capaz de canalizar prosperidad en periodos de bonanza y de captar hasta el último recurso en periodos de depresión económica. Este tipo de actitud es imposible cuando como empresa tenemos una estructura tipo elefante.
Esta modalidad de estructura es pesada, sólida y fiable, pero no está preparada para asumir más de la mitad de los problemas que suelen padecer las empresas. Esto se agrava en el caso de las pymes que cuentan con estructuras propias de empresas grandes.
En la empresa actual debemos ser ágiles, pensar de manera estratégica, combinar el corto y el largo plazo. En definitiva, cada día debe ser una oportunidad para mejorar y hacer las cosas mejor. Cuando una empresa se conforma con los volúmenes de ventas que tiene, no se da cuenta de que puede perder su actividad en cualquier momento. Una actitud flexible y audaz como la de un guepardo es lo que se busca en una empresa del siglo XXI. Esta última crisis del coronavirus ha demostrado que el lema adaptarse o morir está más vigente que nunca.
Pongamos de ejemplo a aquellas empresas que de la noche a la mañana dejaron de ser comercios físicos para convertirse en e-commerce. Esto les permitió ahorrar una serie de gastos mientras ampliaban el círculo de consumidores. Esta clase de decisiones fueron tomadas, en muchos casos, por empresas muy pequeñas y modestas, por lo que no hay excusas para sacar la mejor versión de una sociedad empresarial.
La agilidad y la adaptabilidad tienen una serie de repercusiones en el terreno laboral. La actitud de reorientación de la cultura empresarial debe de fomentar encontrar el talento en sitios diversos. Durante la crisis del coronavirus ha quedado patente que el teletrabajo era una realidad que teníamos delante y que no habíamos sabido explotar. Ahora sabemos que es posible trabajar a distancia, a veces desde países diferentes. La clave consiste en darle un formato y recorrido adecuado a las relaciones laborales entre personal que no convive, por así decirlo, en la oficina.
Herramientas y simplificación de procesos
La mejor manera de acotar tareas y simplificar la relación laboral entre personal freelance o en remoto es que la empresa dote al trabajador de todos los recursos que pueda necesitar para su trabajo. Garantizar el acceso a información útil y corporativa (accesos a la nube, herramientas de project management como Jira, Asana, Monday.com) servirá para ahorrar tiempo. Las propias reuniones entre personal deben ser eficientes y servir para ahorrar tiempo de comunicación y gestión, por ello el uso de Zoom, Google Meet o Microsoft Teams despuntó en las empresas desde el inicio de la pandemia.
Nuevos métodos de reclutar talento y fidelizarlos
El nuevo paradigma requiere que las empresas sean fluidas y, como hemos visto, eso afecta también a las contrataciones. La contratación de personal está en continua evolución, la actualidad nos confirma que cada vez existen más ofertas de vacantes de empleo en remoto, lo que permite a las empresas trabajar con personal propio de diferentes localizaciones. Lejos de los inconvenientes que puedan hacerse notar en esta modalidad de empleo, muchas son sus ventajas, ya que las empresas consiguen la contratación de perfiles muy interesantes que en su ciudad son complicados de encontrar. De esta forma, son muchos los empresarios que deciden optar por ofrecer empleo remoto y contar con grandes profesionales en su plantilla a un coste más económico.
Asimismo, en este ecosistema en constante mutación, aparecen empresas como Fiverr, que permiten a las compañías reclutar trabajadores freelance para proyectos o tareas muy concretas. Sus ventajas y la posibilidad de restringir el gasto laboral a una sola transacción hace que para muchos sea el modelo ideal.
Usando los métodos de selección de personal autónomo, las empresas pueden ahorrar en sueldos y disminuir así una parte importante de los gastos. Para conseguir que los empleados autónomos se sientan integrados en la empresa y apuesten por los mismos objetivos, es fundamental que partamos desde la empatía. Cada vez que se selecciona un proyecto se debe adoptar una posición que permita ver el camino como beneficioso para todas las partes.
El trabajador autónomo teletrabaja desde casa, lo que le permite pasar más tiempo con la familia o disponer de más tiempo libre. Todo esto es debido a que ahorra desplazamientos al lugar de trabajo. También ahorra tiempo en hacer comidas para el trabajo, ya que puede cocinar y comer en casa cuando quiera. En términos económicos también ahorra en transportes, por ejemplo.
Utilizar canales directos de comunicación con los empleados freelance es también una manera de ahorrar tiempo y malentendidos, así como de hacer sentir a la persona parte del día a día en el proyecto. Otro aspecto importante es ofrecer algún tipo de recompensas por tiempo o desempeño, algo que fomente que el trabajador se implique aún más. Sin duda, estas cuestiones están de plena actualidad y son parte de las decisiones que debemos tomar como empresas que quieran guiar la innovación en el futuro. Utilizar la modalidad de trabajo a distancia freelance es un elemento esencial de esta nueva realidad.