El auge cada vez mayor del mercado digital está facilitando que millones de personas en todo el mundo se conviertan en ‘nómadas digitales’. Cuando basta con un portátil y una conexión Wi-Fi para poder trabajar, ya no se hace necesario pagar los elevados alquileres de Madrid o Barcelona, así que es posible elegir un lugar más tranquilo y económico para vivir.
Muchos nómadas digitales eligen simplemente algún pueblo en las afueras de una gran ciudad o una casa en el campo, pero otros se lanzan a la aventura y optan por algunos de los países que ponen más facilidades para este tipo de trabajadores autónomos. Panamá, Guam o Indonesia se encuentran entre los lugares donde resulta más sencillo establecerse para trabajar de forma remota y disfrutar al mismo tiempo de un clima cálido y tropical.
Las ventajas de este estilo de vida son muy numerosas, pero los riesgos también aumentan cuando nos encontramos en un país extranjero. Contratar un seguro médico privado, cuidar de nuestro pasaporte y evitar las áreas peligrosas de la ciudad son necesidades compartidas por todos los viajeros internacionales, pero los nómadas digitales deben sumar otra que puede ser incluso más importante para ellos: proteger su ciberseguridad.
¿Qué implican los riesgos de una ciberseguridad débil?
Para un usuario de internet común, que simplemente entra en la red para consultar su Instagram, leer algún periódico online o escribir un correo electrónico de vez en cuando, un hackeo puede suponerles suponer un serio contratiempo, pero no pondrá en riesgo su puesto de trabajo. Sin embargo, no ocurre lo mismo con los nómadas digitales, para quienes un hackeo puede privarles del sustento de la noche a la mañana. Y esto no es algo que te convenga para nada si te encuentras en el extranjero.
Por ejemplo, un ciberataque de phishing puede vulnerar las claves de acceso de los nómadas digitales y privarles del acceso a sus cuentas online, incluyendo todas las que necesitan para realizar su trabajo. Un malware puede desarticular su sistema y obligarles a formatear el equipo, perdiendo acceso a sus archivos esenciales. Y un ataque de ransomware puede exigirles el pago de una recompensa muy elevada a cambio de liberar sus documentos críticos.
A esto hay que sumar que, al trabajar desde el extranjero, los riesgos de sufrir un ciberataque aumentan de forma exponencial. En algunos países, los hackers tienden a elegir a los extranjeros como víctimas prioritarias debido a que suelen gestionar cuentas valiosas y grandes cantidades de dinero de forma digital. Es por eso que acostumbran a acechar en las redes Wi-Fi de las cafeterías, los hoteles o los aeropuertos, donde la probabilidad de ‘pescar’ a un extranjero descuidado es mucho mayor.
Las medidas básicas que debes adoptar para proteger tu trabajo digital
El teletrabajo y el nomadismo digital ofrecen ventajas innegables que merece la pena aprovechar siempre que se tenga la oportunidad, pero por eso mismo debemos adoptar también todas las medidas necesarias para protegerlas. Algunas de las más importantes son:
- El uso de gestores de contraseñas. Si trabajas de forma remota, seguramente ya sabes que debes usar contraseñas únicas y aleatorias para poder proteger tus cuentas de forma adecuada. Pero anotar tus claves en un cuaderno y teclearlas cada vez que las usas puede no ser suficiente para mantenerlas lejos del alcance de un keylogger, por ejemplo. Por eso, usar un gestor de contraseñas es la mejor forma de mantener tus contraseñas seguras en cualquier dispositivo.
- El cifrado de la conexión. Los nómadas digitales son especialmente vulnerables cuando usan las redes Wi-Fi desprotegidas de los cafés, los hoteles, las estaciones de tren o los aeropuertos, ya que es ahí justamente donde los hackers acostumbran a buscar a sus víctimas. El uso de una VPN al conectarse a estas redes puede mantener tus datos privados a salvo gracias a su poderoso sistema de cifrado.
- La prevención anti-phishing. Si tu contraseña es difícil de adivinar, quizá los hackers te la pregunten directamente. Los ciberatacantes utilizan todo tipo de estrategias de phishing para averiguar las claves de sus víctimas potenciales. Por eso es esencial saber distinguir una web legítima de una falsa, o desconfiar de los SMS ‘oficiales’ que recibimos sin haberlo solicitado.
Las herramientas anti-malware. Además de todo esto, es necesario mantener en nuestro dispositivo una herramienta de protección anti-malware que sea profesional, confiable y actual. Los ataques de malware continúan suponiendo uno de los principales riesgos para la ciberseguridad, así que el uso de un software especializado para contrarrestarlos es siempre indispensable.
