Si alguna vez te has planteado opositar para un empleo público como funcionario, o estás explorando esta alternativa laboral entre tus opciones de futuro profesional, puede que quieras conocer cuáles son las ventajas y desventajas de ser funcionario en el sector público del Estado español, y por supuesto, saber para qué tipo de perfiles es más conveniente entrar a la plantilla de la Administración Pública.
Para el año 2020, España alcanzaba los 2,6 millones de funcionarios, tiempo después de que en 2019, saliese a la luz la mayor oferta de empleo público de la última década, con 33.793 plazas de oposiciones.
Así es como España se convierte en el primer país de la Unión Europea que, para 2021, crea el mayor número de plazas para funcionarios, pero…
¿Cuáles son exactamente las ventajas y desventajas de trabajar realizando funciones públicas?
En este artículo las explicaremos en detalle, pero antes…
Qué significa ser funcionario
Como su nombre lo indica, un funcionario es una persona encargada de cumplir funciones y cargos laborales públicos y al servicio del Estado, tras haberse incorporado voluntariamente a la estructura orgánica del mismo.
El funcionario se compromete a prestar sus servicios laborales a la Administración Pública donde ha sido designado tras pasar por un arduo proceso selectivo de oposiciones.
Hoy en día, es posible ser funcionario en diferentes especialidades, que van desde trabajar en la Administración General del Estado, las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad, las Fuerzas Armadas o la Administración de Justicia, hasta ser parte de la plantilla de empleados del sector público estatal.
Perfiles de los funcionarios
Una de las preguntas más comunes que realizan las personas interesadas en trabajar como funcionarios es “¿Qué tipo de perfiles son los más adecuados para el empleo público?”.
La respuesta es que por lo general, cumplir funciones de empleo público encajan con:
Perfiles de jóvenes recién graduados en busca de sus primeras experiencias
Tanto para bachilleres como perfiles que acaban de obtener un título universitario, opositar para obtener un empleo público es una solución atractiva en sectores con escasez de oportunidades laborales (aunque si eres una persona inquieta y con muchos intereses, puede que no sea el camino que desees seguir para tu vida laboral a largo plazo).
Además, la prioridad para este tipo de perfiles jóvenes es una realidad latente como medida para renovar y hacer frente al envejecimiento de las plantillas de los principales organismos públicos de España, donde muchos funcionarios ya han alcanzado la edad de jubilación.
Profesionales con una amplia trayectoria laboral en empresas privadas
Si por el contrario, ya has cultivado una buena trayectoria de experiencia laboral en la empresa privada y deseas dar el salto, preparar una oposición y obtener un trabajo con condiciones y derechos más estables, puede que ser funcionario te resulte una opción ideal.
Ventajas de ser funcionario
Hay varios beneficios y garantías cuyo reporte queda asegurado al momento en que entras a prestar tus servicios al Estado, estas ventajas más destacables sin duda son:
- Acceso a un salario justo y atractivo.
- Igualdad salarial entre hombres y mujeres.
- Derecho total a vacaciones y días libres por asuntos propios.
- Seguridad sobre tu jubilación y cotización en la Seguridad Social.
- Horario justo y con opciones de flexibilidad.
- Estabilidad en tu puesto de trabajo. El ser funcionario público, salvo en casos excepcionales, es una seguridad de que conservarás tu trabajo casi “para toda la vida”.
- Faltas de asistencia más justificables que en el sector laboral privado.
- Acceso a concursos de traslado para desempeñar tu trabajo en otro lugar en caso de mudanza.
- Minimización de escenarios de reducción de plantilla y despidos en comparación con el sector de empleo privado.
Desventajas de ser funcionario
El camino para ser funcionario implica atravesar por una serie de retos y contras que deberás sobrellevar si quieres asegurarte un puesto de trabajo como empleado público.
Las principales desventajas son:
- Alta inversión de tiempo, esfuerzo y en ocasiones dinero para estudiar para las oposiciones durante meses e incluso años. Esto puede interferir si tienes un trabajo de turno completo o estudias con un horario apretado, por lo que deberás sacrificar bastantes ratos libres. Estudiar para aprobar oposiciones puede requerir la inversión de hasta 10 horas diarias.
- Número extenso de requisitos y papeleo.
- Posibilidad de aprobar, pero aún así no obtener la plaza.
- Excesivas jerarquías, sistemas y modelos de trabajo muy tradicionales.
- Menores posibilidades de escalar y enfrentar nuevos retos: muchas veces ser funcionario implica hacer un trabajo rutinario y monótono a lo largo de los años, lo que sin duda no será el camino ideal para ti si te gustan los desafíos, buscas una “reinvención profesional” y/o le huyes a la zona de confort laboral.
- Falta de libertad geográfica y temporal, cosa que no pasa con un empleo remoto.
- Poca o ninguna libertad de gestión del tiempo, ya que tendrás que acudir a un empleo cada día las mismas horas.
Conclusiones
Ahora que ya conoces mejor en qué consiste el trabajo del funcionariado y consideras que se ajusta a la oportunidad que estás buscando con tu perfil profesional, ¡solo queda poner manos a la obra!
En el mundo de ser funcionario eso solo significa una cosa: comenzar el proceso para opositar.
¿Te interesa saber más acerca de las oposiciones para ser funcionario? Aquí tienes una guía completa con las mejores opciones para opositar y acceder a un empleo público en la especialidad de tu interés.
