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Cómo conseguí vivir de los negocios digitales después de varios negocios cerrados

Si me hubieran dicho hace 10 años que me dedicaría a los negocios digitales, no lo hubiera creído… 

Pero como dijo Unamuno: “El progreso consiste en renovarse” del que salió la famosa frase, Renovarse o morir.

Está claro que todo lo referente a lo digital ha venido para quedarse y estamos en constante evolución, adaptándonos a nuevas maneras de trabajar, nuevos hábitos y nuevas formas de comportarnos o incluso de relacionarnos.

Soy Cristina López, tengo 52 años, 3 hijas y un perro, ¡vamos! el pack completo, pero sobre todo soy una apasionada de los negocios, de los viajes y de la vida.

En mi familia, creían que los negocios eran para personas que ya les venía de familia, que tenían unas circunstancias propicias para ello, que su familia tenía mucho dinero, o que tenían un colchón para tener tranquilidad y que los que lo conseguían de 0 es porque simplemente tenían suerte.

Mi madre y su familia no se consideraban nada emprendedores, eso sí, eran muy trabajadores, y nos inculcaron en la idea de tener una formación reglada y entrar a trabajar en una corporación para ir escalando hasta llegar a posicionarte para tener un buen sueldo trabajando lo que hiciera falta.

Lo comprendo. Mi padre era un soñador y los trabajos no le duraban más de 3 meses, y a pesar de que mi madre quería trabajar, a mi padre no le parecía muy buena idea, así que pasó lo obvio, mis padres se separaron cuando yo era muy pequeña y mi madre tuvo que trabajar muy duro como madre “casi” soltera para mantenernos a mi hermana y a mi.

El caso es que yo no tenía tan claro ese panorama, pero tampoco era muy rebelde (aunque con los años lo recuperé), la necesidad de llevar un sueldo a casa hace que no te plantees otras posibilidades, al menos por el momento.

Decidí entonces llevar una vida paralela, vivir con las “reglas” de formación + trabajo establecidas y formarme por otro lado en diseño que era lo que a mi me encantaba a pesar de que según mi madre no tenía futuro.

“I have a dream” como diría Martín Luther King

Cómo empecé en el mundo de los negocios

A pesar de que sientes que a veces no estás donde te gustaría o no haces lo que quieres, necesitas algo que haga click en tu cabeza (y en tu corazón) para tomar una decisión que cambie tu rumbo.

En ese momento no me planteaba qué significaba ser fiel a mi misma y perseguir lo que quería, pero no tardaría en descubrirlo.

Después de 5 años en una multinacional y de trabajar en la organización de los JJOO de Barcelona’92 (aunque eso sería para otro post…) vino la crisis del 93 y me quedé sin trabajo cobrando el paro.

Aproveché para seguir formándome en un postgrado de diseño y fue en una conversación de lo más trivial hablando de la escasa oferta en el mercado de diseñadores de moda por parte de las empresas cuando alguien me dijo: ¿Y por qué no te lo montas por tu cuenta?

Esa pregunta resonó en mi cabeza durante varios días…

Definitivamente tenía plantada la semilla de emprender y ya no había vuelta atrás.

Con 25 años creé mi primera empresa, un negocio de diseño de ropa personalizada.

Me di cuenta de que no hay un solo camino para decidir emprender, te venden que es importante tener pasión por lo que haces y por supuesto que lo suscribo, pero más tarde me di cuenta que no es suficiente solo con eso, sino que tienes que integrarlo en tu estilo de vida y buscar el equilibrio entre la pasión y la compensación.

Tenía un sueño, e iba a hacer todo lo posible para conseguir vivir de él.

Cómo el emprendimiento pasó a ser mi estilo de vida

Al cabo de 2 años tuve que cerrar el negocio, no iba mal, pero lo tenía con una socia y para no invertir mucho al inicio nos situamos en una calle con muy poco tráfico.

Es lógico al principio invertir poco hasta ver qué tal va y como funciona, pero en un negocio presencial la ubicación es importante a no ser que hagas acciones constantes para atraer potenciales clientes (cosa que por aquel entonces no tenía ni idea más allá de repartir flyers) y el crecimiento era demasiado lento y muchos gastos.

Me puse a buscar trabajo, sabía que era un tropezón, pero que pronto me volvería a levantar.

Al cabo de 3 años lo hice de nuevo. Ya tenía una larga lista de todos los errores que había cometido y no iba a volver a caer (aunque cometería otros). Había tenido mi primera hija, y decidí que era momento de hacerlo a lo grande, pedí un crédito, invertí en la marca y en el producto y por supuesto en el local.

Noté como me sentía cómoda tomando decisiones, algunas arriesgadas, y cómo me gustaba gestionarme todo lo que rodeaba a mi negocio, a pesar de no tener mucha idea de negocios, pero sentía que tenía el control, que hacía lo que me gustaba y eso me hacía sentirme muy realizada.

Me olvidé de los lunes, de cumplir un horario (para lo bueno y para lo malo), de rendir cuentas a alguien y de estar pensando solo en las vacaciones.

Pero todo no es de color de rosa como algunos te venden, ni mucho menos…

Por qué emprender no es para todo el mundo

Desde que emprendí mi primer negocio, la gente a la que conocía nos decía que éramos muy valientes (mi marido también había creado por aquel entonces 2 negocios diferentes), pero yo lo había integrado tanto en mi forma de vivir que no lo consideraba arriesgado, sino simplemente la opción que me parecía mejor.

Durante un tiempo creía que emprender era lo más (lo sigo creyendo), pero a medida que hablaba con mis conocidos me daba cuenta de que todos podemos emprender, pero emprender no es para todo el mundo.

El sentirte solo muchas veces tomando decisiones, gestionar la incertidumbre constante, el miedo a perder lo que has conseguido, a la exposición, al juicio de los demás, la necesidad de seguridad, de no saber si llegarás a final de mes, el creer que no estamos lo suficientemente preparados para desarrollar nuestro trabajo o el apego por esa vida estándar que nos han vendido que es la mejor opción posible hacen que no veamos crear un negocio como una posibilidad real.

Hace tiempo que dejé de “venderle” a todo el mundo que podían emprender, simplemente hay personas que no están preparadas para tomar esa decisión, o no es lo mejor para ellos, por su manera de ser, porque ya les está bien lo que hacen y cómo lo hacen, o porque no quieren complicarse la vida.

Y me parece bien.

Al final es una cuestión de compensación y equilibrio. Si tienes lo que quieres, estás satisfecho, te sientes realizado, genial!! Pero…si algo no encaja y crees que es una buena opción para ti, trabaja en crear un plan para que se haga realidad.

Al final todos queremos lo mismo, ser felices y vivir como queremos, lo único es que hay muchas formas de hacerlo y todas tienen un precio, solo pregúntate ¿estás dispuesto a pagar el precio, a comprometerte con ello?

Por qué emprender no siempre te da libertad

Como era de esperar (viéndolo ahora en perspectiva), tuve que cerrar mi segundo negocio porque me descapitalicé. Invertí mucho dinero, tenía muchos gastos fijos y en un par de años el negocio tenía pérdidas.

Después de cerrar, tener a mis otras 2 hijas y participar como socia en otro negocio, me picó otra vez el gusanillo de iniciar de nuevo. Creé un negocio de proyectos decorativos. Ésta vez quería hacerlo bien, tenía un plan de empresa y sobre el papel todo pintaba genial.

Abrí 2 tiendas y pintaba muebles personalizados. A pesar de ser algo poco escalable, todo iba muy bien, una calle transitada, clientes fijos, todo pintaba genial.

¿Cuál fue el problema?

Me había centrado sólo en hacer algo que me hiciera sentir realizada, sin pensar en el para qué quería emprender.

Lo quería por muchas razones, pero principalmente quería más tiempo para mi familia, para estar con mis hijas, más flexibilidad…y tenía todo lo contrario.

Era esclava de mi propio negocio. Tenía  a las niñas pintando dentro, haciendo malabares con otras madres para llevarlas de un lado a otro, o viéndolas solo para acostarlas, y a pesar de que me apasionaba lo que hacía, no me compensaba.

Supongo que ahora ves la relación con el equilibrio del que te hablaba antes. Un negocio te compensa no únicamente si te gusta lo que haces, sino si te compensa en muchas otras áreas.

El negocio no estaba alineado con mi propósito, con mi sueño, y eso hizo que llegara a aborrecer lo que tanto me gustaba hacer.

Así que decidí tomarme unos años para ver cómo quería enfocar mi vida trabajando por cuenta ajena para pensar, tener clara una dirección y crear un plan de nuevo.

No es necesario querer vivir viajando para crear un negocio digital

 Me formé en un Máster de coaching para buscar respuestas, quería saber qué limitaciones me bloqueaban, y conocerme un poco más para descubrir cómo podía conseguir aquello que tanto quería de una forma ecológica para mi familia y que me hiciera sentir realizada a la vez.

Eso fue la puerta de entrada para el siguiente negocio como habrás imaginado.

A mis 45 años me planteé por primera vez la posibilidad de crear un negocio digital. A pesar de la experiencia que tenía en negocios tenía muchas objeciones acerca de cómo iba a confiar en mí personas que no me conocían y no podían tenerme cara a cara.

Yo, que había sido tan analógica y no me gustaban nada las RRSS, tenía que empezar a trabajar bloqueos y prejuicios en ese sentido.

Yo quería libertad, flexibilidad, realización, pero no solo un trabajo que me diera eso, sino un estilo de vida.

Me encanta viajar, es lo que más disfruto y si puede ser con mis hijas, se multiplica por 100. Descubrir mundo con ellas, abrir mentes, vivir experiencias y compartir es lo que más me llena.

Parece que está de moda ser nómada digital, que puedes vivir viajando y que solo en esa situación es ideal crear un negocio digital. Pero no necesitas estar viajando constantemente para que sea una buena opción para ti.

Un negocio digital me permite tener esa libertad que quiero, pero puedo elegir viajar o hacer lo que me parezca. No viajo todo lo que me gustaría, me encanta estar con mis hijas, pero mi marido tiene un trabajo “tradicional” y mis hijas todavía dependen de ir a la universidad, pero se que tengo la flexibilidad de hacerlo cuando quiero, y de vivir como quiero y eso para mi es suficiente.

He conseguido lo que quería 😉

Pero tampoco creas que esto consiste en estar bajo un cocotero y mojito en la playa…

La jornada laboral de 4 horas a lo Tim Ferris es real

El libro de Tim Ferris, la jornada laboral de 4 horas fue una revolución cuando se publicó.

Inspiró a mucha gente a iniciar un negocio con la creencia de trabajar poco y ganar mucho.

Y no te negaré que un negocio digital tiene muchísimas ventajas frente a otros modelos de negocio más tradicionales:

  • Puedes empezar con poca inversión
  • Puedes recuperar tu inversión mucho más rápido y fácil
  • Si has implementado automatizaciones puede trabajar 24*7
  • No necesitas cumplir horarios establecidos
  • Te permite un contacto más exhaustivo con tu potencial cliente para conocerlo más.
  • Tienes pocos gastos fijos comparativamente con negocios físicos y tradicionales
  • Puedes trabajar en remoto tú y tu equipo
  • Alcance muy superior a tu público y tus clientes potenciales
  • Puedes trabajar desde cualquier parte y puedes tener clientes en cualquier parte del mundo

Pero lo que muchos no te dicen es que hay muchos mitos en internet de lo gratis, fácil y rápido.

Crear un negocio y hacerlo crecer no es tarea que se pueda relacionar con estos adjetivos. Se necesita compromiso, aprendizaje continuo, constancia, paciencia, perseverancia y mucho trabajo para que te permita vivir de él como quieres.

Con esto no quiero desanimarte, muy al contrario, lo que pretendo es que seas consciente de que se puede conseguir, pero no de un día para otro, ni sin invertir un euro.

Hay que ser conscientes de que al principio necesitas invertir mucha pasión, algo de dinero y mucho tiempo. ¿Que se puede conseguir? por supuesto, pero hay que crear los sistemas y procesos necesarios para que poco a poco puedas rebajar el tiempo que le dedicas.

¿Puedo vivir de mi negocio digital en 3 o 6 meses?

Mucha gente me pregunta si es verdad que se puede vivir de crear un negocio digital en tan solo 3 o 6 meses.

Y la respuesta es a la gallega, depende…

Hay mucha gente que invierte hasta lo que no tiene pensando que puede recuperarlo en un par de meses, pero emprender por una necesidad inmediata de facturar puede generar una presión excesiva y una frustración importante al no conseguirlo.

Porque a estas alturas ya habrás adivinado que la gestión emocional es muy importante en todo este proceso.

Se dan cuenta de todo lo que tienen que aprender, se les hace un mundo, se agobian, se bloquean y algunos se paralizan pensando que esto no es para ellos y que no funciona.

Supongo que oirás personas que han conseguido muy buenos resultados en poco tiempo, y no digo que no pueda pasar, pero sí que cada uno tiene su ritmo y su curva de aprendizaje.

Emprender y tener éxito con tu negocio requiere de paciencia, e trabajo y de creer en ti y en lo que haces.

Mi reinvención completa en los negocios digitales

Empecé con el mundo de los negocios online algo reticente, con dudas por supuesto, pero también con la firme certeza de que iba a lograrlo.

Sé que a veces hacer una reinvención profesional no es fácil, y puedes encontrar tanta información acerca de cómo crear negocios digitales que puede abrumarte y confundirte, pero cuando tu cabeza ha hecho el click y empiezas a adentrarte en los negocios online has dado el primer paso.

Yo también tuve una evolución. Empecé ofreciendo servicios como business coach (si de algo sabía era de creación de negocios) y poco a poco lo fui orientando más a desarrollo de negocio ya que mis clientes me demandaban que les ayudara en esa área.

Ya ves, dentro de mi propio proyecto también puedes pivotar y hacer cambios siempre que te sientas más coherente y alineado.

Todavía recuerdo a mi primer cliente como si fuera hoy y ya va a hacer 8 años. Una persona que no me conocía de nada invertía 900€ para que le ayudara con su negocio, ¡wow!

Después de estos 8 años y de haber ayudado a cientos de emprendedores, puedo afirmar que los negocios digitales me han cambiado la vida.

Ahora puedo organizarme como mejor me conviene, hago lo que me gusta y puedo  adaptar todo lo que hago al tipo de vida que quiero vivir.

Igual que me ha ayudado a mi, estoy convencida que puede ser una solución para ti si realmente sientes que tienes un propósito que tienes que compartir de ayudar a mucha gente con tu talento y que los negocios digitales están alineados con tus valores y tu forma de ver el mundo y con esa libertad que tanto ansías.

Y porque después de casi 8 años se los pasos que hay que tener claros para tener unos buenos cimientos de tu negocio, te invito a que te apuntes al curso gratuito “Cómo convertir tu talento en un negocio rentable” donde te explicaré los primeros pasos en los que tienes que trabajar para asegurarte una buena base sobre la que construir tu negocio y tu futuro. 

Así que si emprender un negocio propio ha pasado por tu cabeza y resuena en ti lo que te he contado, te recomiendo que apuestes por ti, ya que no hay nada seguro en esta vida, solo que las decisiones que tomes ahora, influirán en donde estarás mañana.


3 comentarios en «Cómo conseguí vivir de los negocios digitales después de varios negocios cerrados»

  1. Me pareció un estupendo artículo, te hace comparar tu situación actual de emprendedor y nómada digital para identificar en que etapa te encuentras según tu situación particular y que correctivos para tomar la senda del camino correcto al éxito financiero. Great post.

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